miércoles, 4 de noviembre de 2009

Calendario natural del delta: Noviembre

Detalle de una col

Noviembre es el undécimo mes del calendario. Quedan sólo 61 días para la llegada del nuevo año. Como durante el mes de octubre, las jornadas continuarán acortándose, brindándonos días cada vez más cortos y noches cada vez más largas (aunque no lo parezca cuando suena el despertador por las mañanas).
Es un mes que ya anuncia el invierno, aunque debido al cambio climático, parece que cada año se alarga un poco más la llegada del frío.
El mes de noviembre es un mes consagrado a las almas del purgatorio (Día de Todos los Santos), en el que es costumbre comer panellets, castañas y boniatos, acompañados de buen vino blanco o moscatel (la popular castañada catalana).
Los orígenes de esta festividad se remontan, según algunas fuentes, a finales del siglo XVIII, cuando se estableció la tradición de hacer repicar, durante todo el día, las campanas de todas las villas, para recordar a los ciudadanos que debían rezar por los difuntos.
Dado que el esfuerzo que suponía esta actividad era considerable, los familiares y amigos llevaban alimentos energéticos a los Campaners encargados. Con el tiempo, muchos de estos familiares y amigos también comenzaron a reunirse para comerlos juntos, hasta que terminó convirtiéndose en una costumbre generalizada.
Refranero popular:
Por San Andrés, todo el tiempo noche es.

Climatología
Durante este mes, coincidiendo con las altas temperaturas en superficie del mar, continuarán produciéndose numerosas borrascas, que en ocasiones podrán dar origen a fuertes tormentas o incluso situaciones tornádicas.
Para los amantes de la astronomía este mes será de especial interés, ya que se prevé una intensa lluvia de meteoritos procedentes del cometa Tempel-Tuttle (Las denominadas Leónidas).
Las Leónidas es una lluvia de meteoros que se produce cada año entre el 15 y el 21 de noviembre, caracterizada por entrar en la atmósfera a una velocidad muy elevada (unos 70 km/s).
Este año podrán observarse alrededor del día 17, antes del amanecer y según fuentes de la NASA es posible que podamos ver caer más de 500 meteoritos por hora.
Por mi parte, creo que sacrificaré unas horas de sueño para intentar tomar una buena fotografía. De todas formas, valdrá la pena la vigilia, con tal de disfrutar de un espectáculo que no se repetirá, con este pico de actividad, hasta dentro de 33 años.
Refranero popular:
Entre Todos los Santos y Navidad, es invierno de verdad.
A primeros de noviembre, tu fuego enciende.
Si en noviembre oyes que truena, la siguiente cosecha será buena.


Cultivos
En el ámbito agrícola, la llegada del frío invernal, dará por finalizada la siembra, aunque, mientras el tiempo lo permita, nuestros campos llenarán sus últimas parcelas baldías, con los planteles de nuevos productos, como ajos o cebollas.
Durante este mes tendrá lugar la recogida de primeras hortalizas como: acelgas, cebollas, coles de primavera, escarolas, coliflores, repollos, brócoli, puerro, o remolacha.
En el Delta, una vez acabada la recogida de manzanas, se empieza con la poda de frutales de pepita y se prepara y limpia el terreno para la recogida de la oliva.
En el ámbito ganadero, los pollos pota blava destinados a ser sacrificados en Navidad aumentan de peso, poco a poco, mientras las gallinas ponedoras continúan su labor a buen ritmo.
Pero, si en algo destaca este mes de noviembre, a nivel nacional, es en la Fiesta de la Matanza. Durante este mes, se llevará a cabo el sacrificio de las reses y se extraerá el vino de los toneles, en un ambiente marcadamente familiar.
Refranero popular:
Entrado noviembre, quien no sembró que no siembre.
Por todos los Santos, los trigos sembrados y todos los frutos en casa encerrados.
A últimos de noviembre, coge tu aceituna siempre.
En noviembre, haz la matanza y llena la panza.
Por San Andrés, mata tu res, gorda o flaca o como esté.
Por San Martín, deja el puerco de gruñir.
Por Santa Catalina, mata tu gallina.
Día de San Martino, prueba tu vino.

El medio natural
Durante este mes de noviembre, el bosque entero se duerme y con él, los procesos vitales de muchas especies.
Mueren arañas, avispas y mariposas, y también, por fín, moscas y mosquitos. Mientras tanto, mariquitas, abejas silvestres o las incansables hormigas, se ocultan en sus refugios a resguardo del frío invierno.
La naturaleza aún se muestra generosa, regalando al paladar que lo desee, setas, castañas, nueces, avellanas, bellotas, zarzaparrillas o endrinas.
En los bosques caducifóleos, las hojas de hayas, chopos, robles, fresnos y alisos, amarillean, enrojecen y caen después, formando una bella alfombra vegetal.
El litoral, mientras tanto, se muestra ahora tranquilo. Una vez desalojado el turismo estival, sus orillas son reconquistadas por chorlitejos y ostreros que rebuscan entre la arena, en un combate incesante con el vaivén de las olas.
Zorzales, gaviotas, estorninos y patos, se unen a las lavanderas, jilgueros y avefrías, en nuestros campos y humedales.
Los mosquiteros, recién llegados del norte, deambulan, infatigables, de planta en planta, en una búsqueda frenética de pequeños insectos, de los que alimentarse.
Mientras tanto, nuestros cielos son surcados por pequeñas o grandes formaciones de grullas y ánsares, unos de camino a las lagunas de Gallocanta, otros de viaje al Parque Nacional de Doñana, ambos, huyendo de los rigores del duro invierno del norte y centro de Europa.

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